Con el propósito de evitar que más nayaritas se conviertan en víctimas de extorsionadores, en esta ocasión nos tocó vivirlo.
“Mientras me encontraba redactando las notas del día en mi centro de trabajo, a mi teléfono celular entró una llamada, por el momento no identifiqué el número, sin embargo y por la labor que desarrollo como reportero respondí de manera inmediata, de aquél lado de la línea escuché la voz de un hombre que me dijo: “compadre cómo estas, desde ayer he intentado llamarte y me mandabas a buzón directo, cómo has estado, cómo está la familia, cómo está la comadre y dónde andas ahorita”, preguntó, pero ante tantos cuestionamientos en cuestión de segundos, deduje que era alguien que no me conocía y que sólo quería sacar información personal de un servidor.
“Al darme cuenta del riesgo de extorsión, las respuestas que mi interlocutor esperaba, se convirtieron en preguntas y cuestioné; cómo estás compadre y ese milagro que me llamas, cómo está el ahijado, cómo está la comadre y dónde andas ahorita compadre, a lo que el extorsionador se limitó a contestar; casi no te escucho, se está cortando la llamada”.
Enseguida pregunta; cómo te van con el calor compadre, a lo que le respondí pues bien aquí aguantando.
“Hace mucho calor allá, cuestionó, sí, bastante, respondí, nunca revelé mi ubicación, tampoco proporcioné nombres de los integrantes de mi familia, ni el lugar donde me encontraba, motivo por el cual el extorsionador no tenía elementos para entablar un diálogo que le permitiera hacerme creer que en verdad era mi compadre”.
“Posteriormente, el delincuente que pretendía hacerme creer que era mi compadre, me dijo que estaba en un gran apuro económico y que ocupaba la cantidad de 5,000 pesos, a lo que le respondí que no tenía ese dinero en efectivo por el momento, que me esperara para acudir al cajero y enseguida se lo mandaría, pero le recordé que apenas la semana pasada le había prestado una cantidad similar y que hasta el momento no me los había pagado, por lo que le hice saber que ya no le prestaría, hasta que pagará lo atrasado, ante mi negativa, el extorsionador se molestó y colgó”.
Recomendación:
Cuando reciba una llamada telefónica, si no conoce el número no conteste y si responde, no proporcione datos personales, ni familiares. No permita que su mente le haga creer que el extorsionador es un conocido, amigo o familiar, porque usted al revelar su nombre, el delincuente ahí empieza a trabajar su mente hasta consumar la extorsión, cuelgue y póngase en contacto inmediatamente con el supuesto compadre, amigo o familiar que le hablaba, para decirle que estaba en apuros económicos.
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