Cada año, el primero de diciembre desfilan entre los pasillos institucionales, miles de personas a nivel local portando un moño rojo, un pedazo de tela que se ha convertido en símbolo de solidaridad con los más de 347 mil 794 mexicanos y mexicanas que desde 1983 han notificado ser positivas al Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), cuya etapa terminal es conocida como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).
Hace 41 años, el mundo occidental mostraba extrañeza ante una “rara neumonía” que se reportaba en pacientes jóvenes y relativamente sanos. Un virus que se convirtió en un asesino lento y silencioso que se estima ha cobrado un total de 40.1 millones de vidas a nivel mundial y 112 mil 183 de ellas en México.
La enfermedad que desde su origen vive bajo un estigma, llegó desde África a cada rincón del planeta y Nayarit no fue la excepción. De acuerdo con los datos del Sistema Especial de Vigilancia Epidemiológica VIH, desde 1983 hasta el tercer trimestre de este 2022, tres mil 786 personas han notificado ser portadoras del virus en la entidad, en ocho de cada diez casos el portador es hombre.
Desde su llegada al mundo occidental, el VIH ha sido tema de distintas campañas de prevención, así como contenidos didácticos en escuelas y audiovisuales para el mundo en general, pero que a pesar de esto sigue siendo un tema tabú ante la sociedad que se escandaliza cuando una persona famosa admite ser portadora del virus o bien las cifras de contagio aumentan.
La razón, podría estar en que la mayoría de los casos fueron transmitidos durante un acto sexual. En lo que va del año en México, se han registrado un total de 14 mil 521 casos nuevos, 172 de estos en Nayarit, los cuales, de acuerdo al sistema de vigilancia especial de VIH, el 99 por ciento fueron transmitidos vía sexual.
El yugo de la moralidad ha impedido en ocasiones hablar de este tema de forma correcta y consciente, pero sobre todo parece impulsar la discriminación y el odio a quienes lo padecen, motivado por el desconocimiento de que a pesar de ser portador del virus se puede tener una vida plena; prueba de ello es que, hasta hace apenas algunas semanas, en el caso de Nayarit, se eliminó como requisito no ser portador de VIH para contraer matrimonio.
Sin embargo, el umbral de esta ignorancia podría encontrar razón en el hecho de que no cualquier persona tiene acceso a un tratamiento digno para tratar esta enfermedad. Según datos de la Fundación Mexicana de la Lucha contra el SIDA, en 2020, el costo promedio de una receta que consta de tres medicamentos rondaba los 17 mil pesos mensuales, para una entidad como Nayarit, en la que la mayor parte de su fuerza de trabajo aspira a ingresar apenas un total de 10 mil pesos al mes, se vuelve insostenible.
Esto, aunado a los casos de discriminación, generan en ocasiones que los portadores abandonen sus tratamientos, los cuales en la mejor de las suertes los encuentran gratuitos en las instituciones de salud. Tan solo el 2021, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, confirmó el fallecimiento de cuatro mil 662 personas a causa de complicaciones relacionadas al VIH, 54 de estas en el estado de Nayarit.
Lo preocupante de la cifra, radica en que cuatro de cada diez fallecidos por causas relacionadas a este virus en el país, no contaban con afiliación de salud.
Hoy en día, el VIH, es cada vez menos silencioso, y la propia Organización Mundial de la Salud advierte que su propagación se ha convertido en problema de salud pública. Por esta razón, desde 1988, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha decidido conmemorar el primero de diciembre como el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, para hacer conciencia sobre esta enfermedad, pero sobre todo para combatir el estigma que lo rodea.
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