Tepic carece de efectiva vigilancia policiaca

Ser empleado de las tiendas de autoservicio OXXO para muchas mujeres y hombres es un orgullo, los sueldos son buenos, pero además la empresa les otorga todas las prestaciones que marca la ley.

Existen tres horarios laborales de ocho horas, el primero es de 6 de la mañana a 2 de la tarde, el  segundo turno de 2 de  la tarde a 10 de la noche y el tercer turno es de 10 de la noche a las 6 de la mañana.

En la actualidad, la ciudad de Tepic carece de una buena vigilancia policiaca, se desconocen las causas, pero ante la notable ausencia de las patrullas de la policía municipal realizando rondines de vigilancia por las colonias de periferia de la ciudad, los robos a las tiendas de conveniencia se han incrementado.

Uno de estos asaltos se registró en una de las tiendas OXXO que se localiza por el periférico de la ciudad (nos reservamos la ubicación exacta  del establecimiento con el único propósito de proteger la integridad física de mujeres y hombres que ahí laboran).

De acuerdo a lo declarado por el empleado del OXXO de nombre Víctor Hugo Rojas, cuando el reloj marcaba las 11:30 de la noche, del lunes 29 de mayo del presente año, ingresó al establecimiento un sujeto que se cubría el rostro con un cubrebocas, usaba cachucha y lentes oscuros y  de entre sus ropas sacó un arma de fuego y le ordenó que le entregara todo el dinero que había en caja.

Ante el riesgo de ser baleado, Víctor Hugo acató las indicaciones del delincuente y le entregó la cantidad de 2 mil 500 pesos: “Con el dinero en su poder el asaltante salió de la tienda y se perdió entre las sombras, no vi para dónde se fue porque la zona es muy oscura, desconozco si venía en carro o en moto, la verdad no vi nada porque me dijo que no saliera en los próximos diez minutos y  así como llegó se fue, todo fue muy rápido”.

Al preguntarle si sintió miedo durante el asalto, el joven Víctor Hugo respondió: “En ese momento no sentí nada, sentí miedo después de que se fue porque pensé en que pudo haberme dado un balazo y matado; qué sería de mi esposa y de mi hija, porque tengo una hija de apenas cinco años, el miedo me llegó con la reflexión, pero en ese rato traté de mantener la calma”.

Añadió que no se resistió al robo porque no sabía si afuera de la tienda había más sujetos armados: “Es que aquí no sabes quién llega, no sabemos quiénes son los clientes, no sabemos si vienen tomados o drogados, los desconocemos, pero aquí a estas tiendas llegan clientes de todo, hombres, mujeres, madres de familia, jóvenes, niños de todas las clases sociales y a todas horas”.

Finalmente, cuando se le preguntó quiénes fueron los primeros respondientes en llegar al lugar del asalto, el joven Víctor Hugo respondió que él solo vio a agentes de la policía estatal: “Pero llegaron como a los 15 minutos después de que ya se había dado a la fuga el asaltante y luego llegan y me hacen preguntas que me desesperaron, me preguntaron que cómo era, qué ropa traía, que si era flaco o gordo, que si era alto o chaparro, que si traía tenis o zapatos y pues yo les respondí muy molesto que checaran las cámaras de vigilancia porque yo no podía contestar tantas preguntas, estaba nervioso y desesperado y ellos con preguntas y más preguntas, me molesté, pero lo peor… no lo han detenido y la verdad tengo miedo que regrese”.

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